El sector educativo es cada vez más activo a la hora de introducir nuevas fórmulas en el aula. Aunque con la cautela que requiere un tema tan crucial como es la formación, los docentes y centros son conscientes de la necesidad de incorporar las tecnologías a su día a día, de abrazar nuevas metodologías y de situar al alumno en el centro de la clase.
En definitiva, se trata de preparar a los niños y jóvenes para tener éxito profesional en un mundo cada vez más cambiante e incierto, donde las competencias exigidas abarcan desde los conocimientos en materias concretas (como idiomas, Economía, Geografía, Historia, Civismo, Arte, Matemáticas…) hasta capacidades de pensamiento crítico, creatividad, comunicación y trabajo colaborativo, habilidades tecnológicas y destrezas emocionales y sociales, como liderazgo, proactividad o adaptabilidad.
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Por tanto, los esfuerzos de los docentes y los centros deben ir dirigidos tanto a incorporar nuevos recursos educativos como a implementar usos innovadores de dichas herramientas que garanticen el aprovechamiento de estas herramientas, pues la tecnología en sí misma es solo un instrumento, un canal con el que mejorar la experiencia educativa.
En este sentido, algunos de los recursos educativos que se han introducido en las aulas del siglo XXI son:
El ‘m-learning’
El empleo de los dispositivos móviles y las tabletas contribuyen, si son correctamente utilizados, a simplificar la administración y facilitar el aprendizaje de una forma nueva e innovadora.
El llamado ‘m-learning’ consiste en “la utilización de tecnología móvil (smartphones, tabletas, consolas de juego, lectores electrónicos, reproductores de audio…), sola o en combinación con cualquier otro tipo de tecnología de la información y las comunicaciones, a fin de facilitar el aprendizaje en cualquier momento y lugar”, según el trabajo Directrices para las políticas de aprendizaje móvil de la Unesco.
En este sentido, estas tecnologías -dada su ubicuidad, accesibilidad y versatilidad- permite poner a disposición de docentes y alumnos una «gran variedad de contenidos educativos, conversar y compartir información con otros educandos, solicitar apoyo a compañeros e instructores o facilitar la comunicación productiva».
Robótica educativa
Los robots y sus aplicaciones empiezan a ser los nuevos compañeros de clases de muchos alumnos españoles, siguiendo la tendencia iniciada en otros países europeos como Finlandia o Reino Unido. En Estados Unidos, por ejemplo, existen unos 600 centros que utilizan Dash & Dot, uno de los recursos educativos disponibles dentro de esta gama de productos.
Aunque por el momento su uso no está muy extendido, el futuro que presenta la robótica educativa es muy prometedor y las editoriales ya han comenzado a desarrollar softwares y hardwares especializados para las distintas etapas formativas.
Este nuevo instrumento de aprendizaje potencia la creatividad, el pensamiento computacional, la capacidad organizativa, la toma de decisiones, la empatía, las destrezas motoras, el respeto, el trabajo en equipo o la imaginación.
Realidad aumentada
Uno de los recursos educativos vinculados a la realidad aumentada son los códigos QR, que se transforman, dentro del entorno educativo, en una ventana al mundo gracias a su conexión con material y contenidos de internet.
Es habitual verlos en numerosos objetos, sobre todo en el sector publicitario, pero ¿por qué no incorporarlos al aula? Estos códigos bidimensionales redirigen a un sitio web concreto a través de su escaneo con un dispositivo móvil o tablet, y tanto su creación como su lectura es muy sencilla, existiendo numerosas apps y plataformas para ello. Así, un docente puede incorporar estos elementos de realidad aumentada a sus lecciones, permitiendo que el alumno pueda ampliar los conocimientos sobre un determinado tema a través del redireccionamiento del código QR.
Junto a ellos, los centros también pueden incorporar softwares de realidad aumentada que permiten construir un entorno de aprendizaje más complejo mediante la combinación de imágenes del mundo real con otras virtuales. Conocer los huesos y músculos de la anatomía a través del propio cuerpo, realizar visitas por un museo o monumento, convertirse en el protagonista de un cuento, etc. son algunos de los usos de esta herramienta, en la que solo es necesario contar con conexión a internet y cámara web.
Impresoras 3D
Según NMC Horizon Project, una iniciativa de análisis de tecnologías emergentes en educación, investigación, creación y gestión de la información, la impresión 3D será una de las tendencias que se adoptarán en la Enseñanza Superior en un plazo de entre cuatro y cinco años.
Sus aplicaciones, aún por explorar, van desde la reproducción de órganos o partes del cuerpo de cualquier ser vivo para su estudio o la impresión de mapas en tres dimensiones para conocer la topografía de una determinada zona, hasta la creación de obras artísticas tridimensionales o maquetas de monumentos.
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Muy interesantes sus artículos.
Este articulo es muy interesante ¡FELICITACIONES!
, Adelante sigan con estab investigaciones que son de gran ayuda para los docentes innovadores
Quizás las impresoras 3D, Realidad aumentada, etc. Son muy buenas opciones para trabajar de una manera innovada en el aula, pero también veamos nuestra realidad, la situación de nuestra educación en nuestro país, contextualizar. Es verdad, la educación del siglo XXI exige material innovador, recursos actualizados, el docente aunque esté preparado en esos medios pues no los va a poder aplicar en el aula por la realidad ya mencionada.