La familia ya ha elegido nuestro centro. Ahora empieza una nueva fase de trabajo. Los primeros encuentros de los centros de Educación Infantil con los padres y madres de sus alumnos son tan importantes como delicados, de modo que saber gestionarlos con profesionalidad va a marcar las bases para el resto del curso escolar.

Tengamos en cuenta que estas primeras tomas de contacto, por un lado, van a convertirse en un eficaz instrumento para tranquilizar a los progenitores, preocupados en su mayoría por la primera toma de contacto de su hijo con el entorno educativo. ¿Sabrá adaptarse? ¿Se portará bien? ¿El docente tendrá cuidado?… son preguntas habituales en las fases iniciales de la formación de los menores.

Por otro, las entrevistas a familias desarrolladas por las guarderías y jardines de infancia durante la primer etapa del curso escolar permitirán al centro y al personal conocer en mayor profundidad al alumno y el entorno que lo rodea, propiciando la elaboración de un plan de estudios más acorde a las necesidades y demandas de los nuevos ocupantes de las aulas.

¿Cómo podemos preparar estas reuniones con las familias? Para que los encuentros sean eficaces, lo más recomendable es estar preparados tanto para obtener lo que deseamos saber sobre el alumno, como para solventar las múltiples dudas de los padres y madres.

¿Qué temas debemos incluir en la entrevista pedagógica a familias?

Uno de los objetivos de las reuniones entre docente y progenitores de alumnos de Educación Infantil es obtener una fotografía sobre la realidad del menor, de modo que podamos elaborar una estrategia educativa acorde a su situación.

Por ello, dentro de la preparación de la entrevista a familias debemos incluir los datos personales de la familia: lugar de residencia, número de hijos, presencia de los abuelos, relación con el menor, profesiones y dedicación laboral, actividades extraescolares del alumno, etc.

A nivel funcional, los docentes de los centros de Educación Infantil también deben informarse sobre los hábitos alimenticios, rutinas diarias y el desarrollo de la autonomía del alumno, para conocer, por ejemplo, si el menor tiene alergias, si ha dejado de usar pañal o si es capaz de vestirse solo.

Para terminar, debemos abordar cuáles son las pautas que siguen las familias en la educación de los menores, interesándonos en conocer qué esperan los padres y madres del centro, así como la personalidad del niño, con especial atención a las relaciones del alumno con otros niños.

Ahora bien, las entrevistas a familias no deben convertirse en un monólogo, sino que el encargado de guiar el encuentro debe dar la posibilidad a los progenitores de que planteen todas sus cuestiones sobre el funcionamiento del centro, procurando crear un clima de confianza desde el primer minuto.

¿Cómo podemos valorar las habilidades del menor?

Para aumentar la información relativa al alumno, también es recomendable realizar pequeñas pruebas a los niños durante esta entrevista a familias, siempre recordando a los padres y madres que no se trata de un examen o evaluación, sino que el objetivo de los ejercicios es profundizar en las habilidades del menor de cara al posterior desarrollo de las clases.

Para ello, podemos realizar sencillos tests a los niños que aborden las capacidades motoras y cognitivas propias de su franja de edad, como identificar colores, formas o animales, realizar dibujos o seguir instrucciones del docente y los familiares. Se trata de valorar cómo el menor explora la realidad a través de los cinco sentidos.