El impacto positivo de la formación continua en la productividad, satisfacción y compromiso de los empleados en el ámbito empresarial es un hecho contrastado por numerosos estudios e investigaciones y una práctica bastante generalizada entre las compañías. Por su parte, los centros educativos, como instituciones compuestas por trabajadores y clientes (representados por el equipo docente, los alumnos y sus familias), no debe quedar ajenos a este hecho.

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Por ello, es necesario que desde la dirección del centro se introduzca planes formativos para su equipo docente que permitan a estos profesionales adaptarse a las nuevas demandas de la actividad docente.

5 competencias imprescindibles de un buen equipo docente

Los 5 retos para el equipo docente y su desarrollo

En este sentido, cabe plantearse cuáles son los retos a nivel de desarrollo de competencias de los profesionales de la enseñanza. Como recoge el monográfico sobre Formación continua del profesorado, publicado por Educaweb, algunas de las tendencias para 2016 a nivel de capacitación profesional incluyen los siguientes puntos:

  • Planificación del temario. Un buen docente será capaz de organizar y estructurar el temario para todo el curso y adaptarlo a la actualidad, incluyendo los nuevos avances que surjan en la materia y enfocándolo en función de las necesidades del alumnado en cuestión. Esta competencia no solo es esencial para los nuevos profesionales, sino también para los veteranos, evitando así un empobrecimiento de la calidad de los contenidos con el paso del tiempo.
  • Adaptación al cambio. Federico Malpica, director del Instituto Escale para la Calidad de la Enseñanza-Aprendizaje, en una entrevista a Educaweb, afirma que “las aulas están llenas de equipos, ordenadores, pizarras digitales, etc. y, sin embargo, seguimos viendo prácticamente las mismas metodologías que hace 30 años». Los docentes deben incorporar las novedades del sector al desarrollo de su actividad, tanto a nivel tecnológico como metodológico.  El lenguaje 3.0 e internet, así como una formación colaborativa o con aulas invertidas, son algunos de los desafíos a los que se enfrenta el equipo docente de cualquier centro.  
  • Mejora de la comunicación. La relación de las familias y los centros educativos es cada vez más fluida y directa, llegando a generarse conversaciones diarias entre los maestros y profesores y los padres y madres, por lo que el equipo docente necesita incorporar competencias comunicativas. Pero, además, la retroalimentación con el alumnado también ha evolucionado: los estudiantes de hoy tienen otras inquietudes y otra forma de interactuar y solo reforzando sus habilidades, el docente será capaz de hacer llegar sus enseñanzas.
  • Dominio de los idiomas. En un mundo cada vez más globalizado, el aprendizaje de idiomas se constituye como una competencia esencial para el profesorado, tanto para impartir las clases como para ser capaz de comunicarse con profesionales de otros países y compartir experiencias y conocimientos.
  • Tratamiento de la diversidad. También la globalización provoca que las aulas se compongan de estudiantes de distintas culturas, etnias y nacionalidades, por lo que el equipo docente debe estar preparado para fomentar la integración del alumnado en el centro y contar con mecanismos y habilidades para reconducir posibles conflictos.

No obstante, si el equipo docente debe reciclarse e incorporar nuevas habilidades y competencias, también debe evolucionar al mismo ritmo la metodología de la formación continua del sector. ¿Hacia dónde debe dirigirse? Este cambio debe incluir la sustitución de los sistemas tradicionales de formación generalista (como cursos o talleres) hacia nuevas fórmulas más colaborativas, inclusivas y personalizadas, así como la introducción de herramientas de evaluación de la eficacia de las propias acciones formativas.

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