La función de una web educativa es principalmente la de dar respuesta a las necesidades de los usuarios.

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Para lograrlo es importante tener presentes los siguientes pasos:

  • Dar coherencia a la imagen. Muchas webs de centros saturan al internauta con páginas abarrotadas de textos, enlaces y fotografías. En el ámbito digital, menos es más y se obtendrán mejores resultados si se apuesta por un diseño sencillo y uniforme, coherente en relación con los colores corporativos y con una tipografía legible. Si se te ha ocurrido, por ejemplo, introducir una fuente que imita la caligrafía de un niño, úsala para titulares o destacados, ya que puede resultar muy cargante empleada como tipografía principal.
  • Transmitir imagen de marca. Algunas páginas resultan confusas a nivel visual porque no cuidan la imagen de marca. Por ejemplo, si los colores corporativos del centro son el azul y blanco, a la hora de seleccionar una plantilla para la web habrá que cuidar que el diseño y el contenido vayan en sintonía. La misma idea debe aplicarse a las imágenes y los valores de la institución: ¿qué sentido tiene que un instituto utilice fotografías de niños pequeños o que una escuela de música emplee imágenes de alumnos en aulas sin instrumentos? y ¿cómo encaja que un centro que dice diferenciarse por la disciplina y el orden presente una web caótica? La página es el ventana digital de la institución y, por tanto, debe reflejar la personalidad del centro hasta en el más mínimo detalle.
  • Definir los responsables de su gestión. Con las primeras web 1.0, páginas que se presentaban como un dossier de empresa inalterable, la creación del site ponía punto y final al proceso. Sin embargo, con la evolución digital hacia páginas más interactivas y dinámicas, se hace necesario una actualización constante de la misma. Para llevar a cabo esta tarea, los centros tienen dos opciones: contratar profesionales externos, que desarrollen el plan de marketing online y se encarguen de la subida de contenidos, o repartir las funciones entre el equipo docente. En este sentido, los siguientes consejos pueden ayudar a facilitar la gestión web por parte de los maestros y profesores:
    • Planificar las acciones. Dentro de la gestión de la página confluyen diversas actividades, desde subida de noticias, publicación de posts en el blog, actualización de horarios o precios, publicidad de la nueva oferta, elaboración de campañas de captación… Para que el trabajo sea más efectivo, lo más recomendable es establecer un calendario para desarrollar estas acciones de forma pormenorizada (un post semanal, campañas trimestrales, oferta anual…).
    • Distribuir las funciones. Mantener a punto la web es una ardua tarea, así que para evitar que la responsabilidad recaiga sobre pocas personas y terminen saturadas, lo mejor es repartir las funciones. Así, por ejemplo, el director del centro puede encargarse de elaborar la información relativa a oferta educativa; el secretario, de recopilar las cuotas; el jefe de estudios, de revisar los enlaces e imágenes; un docente con conocimientos informáticos, de subir los archivos y solucionar problemas técnicos…
    • Solicitar la colaboración del claustro. Otra opción para aligerar la carga de trabajo que conlleva la gestión de la web es pedir a todos los docentes, o también a los progenitores, representantes del AMPA y alumnos, que redacten, por ejemplo, artículos para el blog relacionados con sus diferentes áreas o que envíen la información sobre las actividades que ha llevado a cabo en sus clases.
    • Elaborar un manual de estilo y envío de información. Para conseguir la mayor uniformidad de los trabajos, el centro puede redactar una guía con las pautas a la hora de generar contenidos para la web y concretar también el procedimiento y plazos para hacer llegar la información.
  •  Actualizarla periódicamente. Igual que un buen docente revisa las lecciones para adaptarlas a la actualidad, la web del centro debe someterse a una mejora continua, con el fin de subsanar posibles deficiencias, añadir nuevos contenidos, introducir mejoras o simplemente incorporar los nuevos recursos que vayan surgiendo en el entorno digital. En este sentido, puede resultar interesante realizar encuestas de satisfacción entre los usuarios que permitan conocer los puntos débiles y las fortalezas del site.

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