La mejora del liderazgo del director de colegio es uno de los desafíos más apremiantes de la Educación Pública, según según una encuesta elaborada por The Wallace Foundation en 2010. Para superar este reto, cabe preguntarse cómo ser un buen director de colegio y qué se requiere para acceder a este puesto.

Cómo ser un buen director de colegio: requisitos legales y de capacitación

En España, la Dirección Educativa se enmarca en una compleja situación, generada por la convivencia de centros formativos públicos, concertados y privados y por las competencias compartidas en la materia entre el Estado y las Comunidades Autónomas, lo que provoca cierta heterodoxia en cuanto a los criterios de selección de los directores de las instituciones.

Requisitos legales para acceder a la Dirección

El primer paso para ser un buen director, como es lógico, es conseguir el puesto.

La figura del director educativo es recogida por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa, la conocida LOMCE, una normativa que  “refuerza la capacidad de gestión de la dirección de los centros, confiriendo a los directores, como representantes que son de la administración educativa en el centro y como responsables del proyecto educativo, la oportunidad de ejercer un mayor liderazgo pedagógico y de gestión”, según recoge el preámbulo.

En su artículo 134, la ley define cuáles son los requisitos para concurrir a un proceso de selección de director el centro educativo público:

  • «Tener una antigüedad de al menos cinco años como funcionario de carrera en la función pública docente.
  • Haber impartido docencia directa como funcionario de carrera, durante un período de al menos cinco años, en alguna de las enseñanzas de las que ofrece el centro a que se opta.
  • Estar en posesión de la certificación acreditativa de haber superado un curso de formación sobre el desarrollo de la función directiva, impartido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte o por las Administraciones educativas de las Comunidades Autónomas.
  • Presentar un proyecto de dirección que incluya, entre otros, los objetivos, las líneas de actuación y la evaluación del mismo».

Por su parte, en los centros educativos concertados, el director es nombrado por el titular, previo informe del Consejo Escolar, que será adoptado por mayoría de los miembros asistentes”. Junto a esto, en las instituciones privadas, las condiciones para convertirse en director difieren según el centro en cuestión e incluso, en estos casos, suele abrirse la puerta a gestores no docentes.

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Cómo ser un buen director de colegio tras el nombramiento

Ahora bien, como se dice comúnmente, el hábito no hace al monje. Así, una vez que el profesional ha conseguido el apoyo del órgano en cuestión el ejercicio de una gestión educativa excelente debe basarse en el desarrollo de las siguientes habilidades:

  • Cambio de enfoque. El primer paso para convertirse en un gran director radica en asumir los objetivos del centro educativo como propios y es necesario que el profesional que accede a este cargo anteponga los intereses globales a los suyos. Esto requiere ciertos sacrificios por su parte, pues supone renunciar a sus necesidades individuales.
  • Ampliación de las responsabilidades. La Dirección Educativa no se circunscribe al ámbito organizativo, coordinando la elaboración del plan de estudios o estructurando al equipo docente, sino que sus funciones abarcan cualquier aspecto vinculado al colegio o instituto. Como máximo responsable, el director de colegio debe estar pendiente del desempeño de los maestros o profesores, del cuidado y mantenimiento de las instalaciones, de la organización de actividades y de cualquier problema que pueda sufrir cualquier de los miembros de la comunidad educativa.
  • Capacidad para inspirar. Los directores siguen siendo humanos. ¿Cómo pueden afrontar las numerosas tareas que acarrea el puesto? La clave para que un profesional que ostente el cargo sea realmente un buen director de colegio se encuentra en la capacidad para inspirar a los demás, en la habilidad para trasladar los valores y objetivos del centro al resto de la comunidad educativa. En este sentido, el empoderamiento del resto del claustro de profesionales y el fomento de la participación de los estudiantes y sus familias son las herramientas que permitirán al director desarrollar su cargo de forma competente.
  • Fomentar las relaciones interpersonales. Los mejores directores son aquellos que conciben el centro formativo como una unidad familiar y consiguen que todos los integrantes convivan de forma armoniosa. Como cabezas de familia, su trabajo debe focalizarse hacia el bienestar del equipo docente, del alumnado y los progenitores, atendiendo los requerimientos de cada colectivo de forma equitativa. Esto supone que un buen director de colegio no estará encerrado en su despacho, sino que será accesible para todos, desarrollando una gestión basada en el cuidado y la atención.

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