¿Te han nombrado director/a de la escuela este año? En ese caso, seguro que tu mente ya ha estado dándole vueltas a cómo puedes ejercer tu puesto con profesionalidad.

Si bien la normativa se encarga de detallar cuáles son las competencias para dirigir escuelas, las dudas se centran en las habilidades que debes desarrollar para ponerlas en práctica eficazmente.

El abanico de responsabilidades a las que se enfrentan estos profesionales es amplio, tanto en el ámbito público como privado, desde gestionar la burocracia o contratar al personal, hasta supervisar el bienestar de los alumnos y docentes e impartir algunas de las asignaturas.

Competencias para dirigir escuelas

Para hacer frente a todas las funciones que se exigen a los responsables de los centros, ¿qué competencias para dirigir escuelas son necesarias? No nos referimos a las funciones asignadas, a lo qué tienen que hacer, sino a las capacidades personales y profesionales para poder llevar a la práctica todo el trabajo encargado con éxito, es decir, al cómo deben hacerlo.


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Aunque vamos a ver un decálogo de habilidades para los directores, obtenido de una investigación de la Universidad CEU Cardenal Herrera, estos atributos son también igual de necesarios en el resto de los miembros del equipo directivo:

  1. Liderazgo. Los responsables de tomar las decisiones estratégicas del centro deben servir de guía al resto de compañeros, aportando sus opiniones y permitiendo que el resto del equipo comparta también sus ideas. Se necesita una dirección integradora, que sepa coordinar y adopte decisiones compartidas, en las que se integren las diferentes particularidades del grupo.
  2. Motivación. ¿Eres capaz de sacar lo mejor de cada una de las personas que trabajan contigo? La dirección conlleva que impulsemos el desarrollo de todo el potencial de los docentes.
  3. Apoyo. Muy relacionada con la anterior habilidad se encuentra esta otra competencia para dirigir una escuela. ¿Cómo vamos a motivar a los compañeros si no los apoyamos? Los directores deben respaldar a los trabajadores, resaltando las buenas prácticas y compartiendo la responsabilidad en los fracasos.
  4. Generación de un clima positivo. Cuando varias personas interaccionan en un ambiente laboral es normal que surjan roces. De ahí que el papel del director/a también requiera grandes dosis de asertividad y diálogo, para crear un clima positivo en el entorno escolar.
  5. Análisis. Un buen responsable será capaz de evaluar las circunstancias en las que se encuentra el centro, hallar los problemas a los que se enfrenta la comunidad educativa y los nuevos desafíos que están por llegar, planificando las estrategias para solventar los obstáculos.
  6. Autoevaluación. Aunque siempre resulta difícil hacer autocrítica, estudiar nuestros aciertos y errores es el único medio del que disponemos para potenciar los primeros y reparar los segundos. Por este motivo, el director debe autoevaluar el centro constantemente de cara a una mejora continua.
  7. Capacidad integradora. Debido a la compleja estructura del sector educativo, en la que intervienen distintos actores (como docentes, estudiantes, padres y madres, inversores, administración…), el director debe conseguir conciliar los intereses de todos estos colectivos con un objetivo claro: la formación del alumnado.
  8. Responsabilidad. Un ejercicio muy útil para conseguir la confianza de la comunidad educativa es rendir cuentas a todos los implicados. No olvidemos que el éxito del centro se debe al apoyo que recibe de los progenitores, los alumnos, los profesores…
  9. Consistencia. Entendida como la capacidad para dar respuestas firmes y coherentes ante situaciones problemáticas, será la actitud contundente del responsable del centro la encargada de mantener la tranquilidad del centro ante los conflictos.
  10. Evolución constante. El entorno educativo evoluciona día tras día, por lo que para desarrollar las funciones que han recaído sobre la dirección, estos deben estar en un proceso de mejora continua que les permita afrontar los nuevos escenarios desde una posición más ventajosa.

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