¿Sabías que la mayoría de los padres y las madres dan mayor importancia a la reputación del centro educativo que al rendimiento académico del mismo?

Así lo pone de manifiesto el informe Pisa in Focus: ¿Qué buscan los padres en el centro educativo de sus hijos?, publicado en 2015 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) en base a los resultados obtenidos en las encuestas realizadas en 2012 en 11 países de Asia, Europa y América.  

De hecho, son los factores cualitativos -como la reputación del centro, el ambiente escolar o la seguridad- los más valorados por los progenitores a la hora de decidir dónde van a estudiar sus hijos, por encima de otros indicadores como los resultados académicos, la distancia con el domicilio, el coste y las subvenciones disponibles, la filosofía religiosa o el enfoque pedagógico.

¿Por qué debes medir la reputación del centro?

Tras las conclusiones del estudio de la OECD, queda patente la importancia de que prestemos una mayor atención a la reputación del centro si queremos atraer al alumnado, aunque no es el único beneficio que conlleva desarrollar una imagen de marca sólida:

• Más prestigio: si conseguimos que la sociedad tenga una percepción positiva de nuestro centro educativo durante un periodo prolongado de tiempo, la buena reputación se transformará en prestigio, convirtiéndonos en una referencia del sector y en el lugar donde todos querrían formarse.
• Mayor lealtad de los clientes: gracias a la mejora de la reputación, incrementaremos la fidelización y confianza de nuestros clientes, lo que se traduce en un vínculo entre la institución y la comunidad educativa más estrecho y fuerte que nos situará en una posición aventajada frente a la competencia.
• Incremento de la rentabilidad: si conseguimos que nos elijan más personas por nuestra reputación y generamos una relación de fidelización con los alumnos, padres y madres, el resultado consecuente es que mejoraremos nuestros datos de matrículas y, por tanto, los beneficios económicos.
• Mejora del capital humano: no solo el alumnado querrá formar parte de nuestra comunidad educativa, sino que también los profesionales sucumbirán a nuestra reputación, de modo que atraeremos a los mejores perfiles.
• Fortalecimiento de los lazos con otras organizaciones: el reconocimiento que obtenemos de la comunidad educativa también nos abre las puertas a nuevas sinergias y alianzas estratégicas con otras instituciones.

¿Cómo debes medir la reputación del centro?

No obstante, el problema que se nos plantea es cómo saber cuál es la percepción que tiene la sociedad de nosotros y cómo podemos mejorarla.

La reputación del centro es un concepto intangible que engloba multitud de factores y variables y, por tanto, su medición resulta más complicada que calcular, por ejemplo, el retorno de la inversión o la evolución de las inscripciones.

Entre los indicadores que debemos analizar para conocer la imagen que proyectamos como centro educativo se encuentran:

• Metodología pedagógica.
• Equipo docente
• Grado de innovación pedagógica.
• Proyectos lingüísticos
• Calidad de la gestión, de las instalaciones y los servicios ofertados.
• Recursos materiales a disposición del alumnado.
• Responsabilidad social y medioambiental.
• Promoción de actividades extraescolares.
• Entorno social.

Para su análisis, existen diversas herramientas que pueden ayudarnos a valorar nuestra reputación. Consultar las listas y rankings de publicaciones y organismos especializados en educación, acudir a foros de reputación corporativa o usar encuestas desarrolladas por diversas instituciones son algunos de los instrumentos que tenemos a nuestra disposición.

No obstante, existen entidades especializadas en la evaluación de la reputación del centro educativo, que ofrecen programas de diagnóstico, medición y planificación estratégica personalizados y llevados a cabo por expertos del sector que, además de valorar la percepción que tiene la sociedad de nosotros, nos ofrecen medidas concretas de intervención para trabajar en su mejora.