Cuando hablamos de marca normalmente se nos viene a la cabeza una empresa o gran institución, pero lo cierto es que una marca forma parte de la imagen que una persona, negocio o incluso centro educativo proyecta hacia el exterior. Obviamente, una institución del ámbito de la educación quiere ser bien considerada dentro del sector, ya que su reputación va a incidir directamente en las probabilidades de captar nuevos alumnos, pero también en la fidelización de los actuales.
No hay una fórmula secreta para crear una marca educativa sólida, pero sí hay un conjunto de buenas acciones que puedes empezar a poner en marcha para mejorar la percepción con todos los colectivos con los que el centro se relacione.
¿Qué es una marca educativa sólida?
Antes de nada tenemos que incidir en el hecho de que la reputación es un concepto muy subjetivo. De hecho, depende de cada persona y de las cualidades, sentimientos y emociones que atribuye a un negocio o institución. Por eso, tienes que saber quién es el tipo de cliente al que se dirige el centro y qué es lo que valora en un colegio. De esta forma, podrás hacer una selección de aquellos sentimientos que crees que son determinantes para tu target.
¿Cómo trabajar una marca educativa sólida?
A pesar de que, como te hemos dicho, la reputación de una marca depende mucho de los valores de su público objetivo, hay una serie de acciones que puedes llevar a cabo para trabajar este aspecto:
- Determina a quién quieres dirigirte: No es lo mismo un perfil de familia que otro, y cada grupo social tendrá unas prioridades en cuanto a la educación de sus hijos. Ten en cuenta estas diferencias a la hora de empezar a transmitir estos valores.
- Trabaja el factor humano: La empatía y la cercanía de un centro es normalmente muy valorada por los padres y madres, por eso ante todo debe predominar el espíritu humano, tanto en el trato con los alumnos como con las familias.
- Apuesta por la diferenciación: Será más fácil que una marca educativa llame la atención si ofrece algo diferente al resto. Puede que esa diferencia no impresione a todos por igual, pero sí a aquellos usuarios a los que quieres dirigirte.
- Invierte en recursos: Tanto humanos como materiales. A las familias les interesa que sus hijos accedan a las mejores herramientas para el desarrollo de sus conocimientos, por eso debes garantizar que el centro dispone de los recursos pedagógicos adecuados.
- Mantente y mantén al día: Las novedades en cuestión de educación ya que pueden resultar interesantes para la mejora constante de la oferta del centro. En este mismo sentido, es importante que desde la dirección se fomente el aprendizaje continuo del personal y la innovación.
- Implica a las familias: A través de plataformas concretas donde pueden acceder para participar en los contenidos, reuniones periódicas, actividades extraescolares con los estudiantes… hay diversas formas de incluir a los padres en los planes formativos.
Una marca educativa sólida cuenta con una reputación valiosa que hace que las familias se decanten por su oferta formativa, pero para conseguirlo hay que identificar qué es lo importante para las familias y alumnos y poner en marcha estrategias orientadas a conseguirlo, por eso una parte fundamental de este proceso es el análisis de las necesidades del público al que te vas a dirigir.
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